Más de veinte jóvenes del programa «Generación talento» de la Fundación Princesa de Girona han asistido a un hackathon sobre inteligencia artificial en el Campus Puente Nuevo que tiene Naturgy en El Tiemblo (Ávila) con el objetivo de mejorar su empleabilidad. La jornada ha contado con una sesión de teoría, un taller y una triple sesión de trabajo, donde se ha reflexionado sobre el papel de la Inteligencia Artificial como herramienta para mejorar la productividad y como soporte para la generación de ideas y la creatividad, así como la necesidad de no dejar atrás las habilidades humanas en los procesos de toma de decisiones. También se han analizado los dilemas éticos que derivan de la IA a través de casos prácticos.

Este centro de desarrollo impulsado por la Fundación Princesa de Girona y Naturgy ha reunido a más de veinte jóvenes de entre 19 y 29 años, procedentes de distintas comunidades autónomas como Andalucía, Galicia, Cataluña, la Comunidad de Madrid o la Región de Murcia. Además de ofrecer una formación enfocada a su crecimiento profesional, esta actividad ha generado un espacio de networking creando una comunidad de jóvenes conectados.

La humanización de la IA y dilemas éticos
La sesión más teórica la ha impartido Nicolas Randall, profesor de Visual Storytelling en el IE, que ha puesto énfasis en la importancia de las habilidades humanas para gestionar esta nueva herramienta tecnológica, usando un pensamiento divergente y tomando la IA como un soporte para la creatividad y la generación de ideas, pero no para la toma de decisiones.

Además, ha compartido con los jóvenes su conocimiento de cómo la IA puede ayudar a construir un buen storytelling y mejorar la comunicación, así como ayudarles en entrevistas de trabajo o a construir un buen currículum. “Cuando hablamos, más de la mitad del tiempo, el 65%, estamos contando historias. Consumimos más de 5 horas de historias al día. Por lo tanto, el storytelling es nuestra herramienta de comunicación por defecto”. La Inteligencia Artificial puede jugar un papel clave porque “puede crear historias, incluso mejor que nosotros”, ya que un buen storytelling se construye con una estructura que, finalmente, es una fórmula, con patrones comunes y unos ingredientes esenciales: suspense, personajes, estructura y racionabilidad. Aunque la IA tiene sus limitaciones. Por eso, ha insistido a los jóvenes en la importancia de los soft skills en este nuevo panorama.

Los límites de la Inteligencia Artificial es uno de los debates que ha estado en el orden del día. Mónica Villas, ingeniera industrial, MBA, consultora de nuevas tecnologías y docente universitaria, ha abordado con los jóvenes los dilemas éticos de la IA y ha insistido en que “somos responsables de nuestras acciones con Inteligencia Artificial”. A través de casos prácticos, han podido descubrir como la IA puede ayudar a buscar soluciones y cuáles son sus limitaciones a la hora de analizar dilemas éticos, donde no hay una única solución y la subjetividad juega un papel esencial.

Ya entrada la tarde, los jóvenes se han dividido en tres mesas de trabajo simultáneas que han girado sobre tres ejes: creatividad, aprendizaje y emprendimiento. En la primera, Alba Mejide, licenciada en Inteligencia Artificial por la Universidad de Manchester y consultora y diseñadora de proyectos audiovisuales basados en IA, ha compartido las capacidades que ofrecen estos nuevos sistemas para llevar la creatividad a otro nivel, de una forma legal y ética. En la mesa de aprendizaje, Roberto Lorente, cofundador de una startup biotecnológica, ha hablado sobre cómo la IA puede ser un apoyo para estudiar y para mejorar los procesos de aprendizaje en el sector educativo, desde una perspectiva ética. En la tercera, Miguel Moya, cofundador de Cerolimit y asesor para el desarrollo de negocios de base tecnológica, ha reflexionado con los jóvenes sobre las ventajas y oportunidades que aportan las herramientas de IA a la hora descubrir nuevas capacidades que puedan aportar valor al mercado profesional, en el trabajo diario o para emprender un nuevo proyecto.