Apenas ha cumplido los 30, pero Lola Romero ya ha roto muchas barreras. Cuando esta joven de Arjona (Jaén) contó a sus padres que quería seguir estudiando, la noticia les cogió desprevenidos. En su familia había una corta trayectoria educativa porque «se le daba prioridad a trabajar desde una temprana edad en oficios de baja cualificación», explica. Lola dio la espalda a las estadísticas que reflejan que menos de un 3% de la población gitana accede a la universidad. Convenció a su familia y se convirtió en la primera de su casa en cursar estudios superiores. Graduada en dirección y administración de empresa con un máster MBA se ha convertido en un referente para su familia. Reconoce que el camino no ha sido fácil y que en muchos momentos ha tenido que enfrentarse a los estereotipos que rodean la palabra «gitano». Pero lo tiene claro: «ha valido la pena». 

Lola dio un paso más en su trayectoria profesional el día en que se inscribió en «Rescatadores de talento». Este programa gratuito se convirtió en su mejor aliado para encontrar el mejor empleo. «Cuando me registré estaba trabajando de comercial en Jaén, donde hay pocas oportunidades laborales» explica esta joven que reconoce que el programa le abrió las puertas a nuevas ofertas relacionadas con sus estudios. «Rescatadores de talento me ha servido para desarrollarme profesional y personalmente», asegura. 

Pocos meses después de entrar en el programa le llegó la oportunidad que, según asegura, marcaría «un antes y un después en su vida». No lo dudó y se trasladó a vivir a Madrid para trabajar en un empleo que se correspondía a su nivel de estudios. Este cambio fue más fácil gracias a la ayuda a la movilidad que ofrece la Fundación Princesa de Girona a los jóvenes que encuentran un empleo fuera de su comunidad autónoma. Lola agradece a «Rescatadores de talento» que le diera «ese empujón que a veces necesitamos para lograr nuestros sueños». Por eso, anima a todos los jóvenes a inscribirse en el programa para mejorar su empleabilidad.